Inserto en una topografía dinámica rodeada de naturaleza virgen, ubicado en en un barrio cerrado de Mendiolaza, Córdoba , nos encontramos un lugar para diseñar un remanso de tranquilidad y disfrute destinado a un usuario joven en constante movimiento por el mundo. La espacialidad única permite apreciar distintas áreas funcionales de la vivienda a medida que se transita la casa en toda su dimensión. La volumetría de líneas simples, juega un rol importante dentro del proyecto creando un objeto lúdico, dinámico, inserto en el punto mas alto de la pendiente pronunciada que permite apreciar las visuales largas que brinda el paisaje en sus diferentes puntos de vista. Posee una materialidad genuina de los materiales en bruto y sus los colores como el hormigón a la vista, el ladrillo propio del lugar y la rusticidad de la madera de Quebracho Colorado con su tono rojizo tan característico, incorporado tanto en el interior con los pisos y las cubiertas como el exterior en sus ventanas y puertas, que le otorga una imagen auténtica que se conjuga con la naturaleza del lugar.